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Mi plan

Lo tengo todo planeado.
Me tomé el atrevimiento
de diseñar el momento
que tanto habias soñado.
Puse en marcha un mecanismo
que cuantifique el progreso
de aquel mentado proceso
sin derrochar optimismo.

Para alcanzar esas metas
configuré un largo esquema
y articulé mi sistema
con diez acciones concretas.
Teniendo en cuenta el contexto
me puse un solo objetivo
con un plazo imperativo
sin mediar ningún pretexto.

Establecí un par de pautas
analicé los caminos
los potenciales destinos
y las opciones más cautas.
Ya elaborado el proyecto
y la estrategia planteada
lo sometí a tu mirada
pero encontraste un defecto.

Rebosaba de egoísmo
bajo un diagnóstico errado
todo mal direccionado
y funcional a mi mismo.
Fiel a mis propios modelos
tuve un pequeño descuido
no era tu sueño cumplido
eran mis viejos anhelos.

Vergüenza

En el llano de la noche de mi cuarto
Que me aturde de frío y de recuerdoz
Azoma tu voz borroza y zercana
Tu paz en pijamaz
Traz la pared.

El mizmo muro que noz une y noz zepara
Mi zoledad zeloza de tu ezpalda
Porque estaz a mi lado zin zaberlo
Deznutriendo miz miedoz
Traz la pared.

Ez que tu almohada ze acerca a la mía
Cuando giraz fruztrada de zueñoz negroz
Te oigo temblar de coztado
y rezar a mi lado
Traz la pared.

Zé que dezpiertaz zedienta de abrazoz
Y yo tan zerca, tan lejoz, tan nada
Rompería ezte mar de ladrilloz
Por volverme tu abrigo
Traz la pared.

Zi acazo una tarde te encuentro en mi puerta
Mi voz zedoza tropezará de vergüenza
Por ezo me abrazo a ezte zilenzio de zombraz
zigue durmiendo zola
Traz mi pared.


Se me va

Se me escapa del pecho
para hundirse en la penumbra
mientras salgo a rescatarlo de la noche
Tiene esa obsesión voraz y absurda,
tiene  ese mezquino sueño
de enterrarse en las tinieblas
y hacerlo todo a su modo.
Teje sus propios caminos,
sigue su propios pasos,
a veces habla dormido
y a veces se prende fuego.
Se humedece de nostalgias vagabundas
y se incendia de pasiones.
Parece que lo ensancha la miseria;
quiere llevarme a sus cosas
y emborracharme de culpas
para sentirse mas bueno.

Se enamora del mundo
aunque siempre lo humillan.
Lo empalagan de premios
lo destrozan, lo enumeran.
Le prestan los laureles por un día
y después lo desnudan
sobre alguna vereda.
Y yo salgo a rescatarlo de la noche.
Vuelvo a tocar su latido ciego.
Me lo llevo conmigo
y no siempre se queda.
Sobre todas las cosas que guardo
me lo guardo en el pecho,
porque emana vida,
porqué me hace falta;
porque si un día le doy las riendas
me arrastrará a su pantano de ensueños
y adiós a mis días.

Pronombre

Te fuiste una vez
                sin decirme tu nombre
pero yo te di el mío
                y ahora soy solo un hombre.
Algún peatón en la calle
                otro coche en la avenida.
aquel fulano que pasa
                o ese rostro que se olvida.

En las filas del tren
                soy cualquier pasajero
soy el curioso en un choque.
                Soy el señor del sombrero.
Soy el público que aplaude
                un invitado en la fiesta.
Soy un hispano parlante,
                el que no suma ni resta.

       Yo seré solo uno.
                Otro alguno.
       Seré un civil
‎                vestido de civil.
       Seré un buen contribuyente,
                   de alguna radio un oyente,
      seré el vecino del frente
              y otro fiel televidente.
‎ ‎
Y tu andarás por ahí
                con tu mentada inocencia
despilfarrando mi nombre
              con tu opaca transparencia.
Si no recuerdas el mio
                al menos dame tu nombre
que ya no puedo llamarme
              ¡Que sólo soy un pronombre!


Respirar


                          ...Respirar.
Atiborrar mis pulmones,
 sentir el aire cruzando
como un tren descarrilado
por el túnel de mis bronquios.
                           ...Inhalar.
Traer la tímida atmósfera, 
degustar cada molécula
que se funde con mis células
sobre el mar de mis alvéolos. 
                            ...Exhalar.
Desenhebrando los labios
lanzar el dióxido al viento
devolverle al universo
Lo que tomé de prestado.
                            ...Suspirar.
Pensar que fue el mismo oxígeno
que atravesó tu garganta
y acarició tus entrañas
para volver a mi boca.

Yo le temía a esa estrella

Yo le temía a esa estrella
y a su espantoso destello,
su belleza inconcebible,
           su horrible lejanía...
Saberla, era invadir los puertos
de mí ya frágil cordura
con las naves postergadas
              de su luz inoportuna.

Aprendí a vivir sin noches
para encontrarme de día
yo que estiraba los brazos
         para abrazarme a ese cielo,
ese cielo que siempre me amaba
me buscaba en los balcones,
en la playa, en el desierto,
en los huecos que dejan las ramas,
de los olmos batiéndose al viento.

Y una vez que ese viento indomable
disipó de la faz toda nube
Recordé la maldad de esa estrella
   Que brotó sobre un mar de vapores.
Me cegó su fulgor implacable,
y a mi cielo dejé abandonado;
para siempre la noche
para siempre postrado
           sobre el negro horizonte.

El hombre que silbó primero

Yo fui el primero en silbar
cuando ninguno silbaba,
Aunque nadie imaginara
que había flautas en la boca,
o que entre el labio y su sombra
pueda nacer el sonido;
yo me paraba en los montes
y soplaba melodías.
Se agolpaban las calandrias
para agitar mi solfeo,
pero el mundo me juzgaba
por "mancillar su dialecto",
que a la lengua me remita
o que toque un instrumento
y que deje mis anhelos
para las aves de turno.
Me exiliaron de sus muros
en la silente llanura
y aprendí a tragar miserias
y a masticar el silencio;
me hice amigo del destierro
y embotellé mis querencias.
¡Pero silbé con más fuerzas
hasta callar al olvido!
Y me escucharon los libres
los bohemios, los poetas,
y se filtró mi silbido
entre la ingrata nobleza.
Ahora que silban las masas
creo que aún no lo entienden;
el gran secreto es soplar
desde los centros del alma.

El que nunca pensó




Nunca pensé
que sería tan franco.
Para ser franco
yo nunca pensé.

No sé cómo usar la cabeza,
no comprendo la "belleza"
de concebir una idea
por diminuta que sea.
Nunca albergué un pensamiento
o un solitario argumento.
No se extraer un concepto
lo que me digan acepto
pero tengo una destreza,
una virtuosa rareza;
y en esto quiero ser franco
¡Se poner la mente en blanco!
pero no soy presumido,
no seré un "gran entendido"
pero digo lo que pienso
y con esto lo compenso
pues no pienso lo que digo.
Por eso no me desdigo
no se pensar ni lo intento;
suelto palabras al viento
(sin sentido, sin sustancia
con devoción y constancia)
por si es que algún comedido
guarde el anhelo escondido
de sumergir su arrogancia
en el mar de mi ignorancia.

Nunca pensé
que sería tan franco.
Para ser franco
yo nunca pensé.