Se me va

Se me escapa del pecho
para hundirse en la penumbra
mientras salgo a rescatarlo de la noche
Tiene esa obsesión voraz y absurda,
tiene  ese mezquino sueño
de enterrarse en las tinieblas
y hacerlo todo a su modo.
Teje sus propios caminos,
sigue su propios pasos,
a veces habla dormido
y a veces se prende fuego.
Se humedece de nostalgias vagabundas
y se incendia de pasiones.
Parece que lo ensancha la miseria;
quiere llevarme a sus cosas
y emborracharme de culpas
para sentirse mas bueno.

Se enamora del mundo
aunque siempre lo humillan.
Lo empalagan de premios
lo destrozan, lo enumeran.
Le prestan los laureles por un día
y después lo desnudan
sobre alguna vereda.
Y yo salgo a rescatarlo de la noche.
Vuelvo a tocar su latido ciego.
Me lo llevo conmigo
y no siempre se queda.
Sobre todas las cosas que guardo
me lo guardo en el pecho,
porque emana vida,
porqué me hace falta;
porque si un día le doy las riendas
me arrastrará a su pantano de ensueños
y adiós a mis días.