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Siempre estás llegando


             Siempre estás llegando,
tus olas nunca rompen en la orilla
de la madre de todos mis anhelos.
Vienes como caminante submarino
               como estirando el camino,
como si fueran mi herencia
   las finas hebras del tiempo
          la arena gris del reloj
que se deshoja a intervalos
como una margarita.
  Es que como una flor
      que nació por error
en el suelo de mármol
             de algún torpe palacio,
             así esperaba tu lluvia;
así buscaba tu mano mojada
               para apagar mi vacío
            y deshacer tanto hastío
Sabía que tu humanidad vendría
desterrando la angustia,
descifrando la vida, pero no tan lento...
             Porque siempre estás llegando.
Sabía que eras río sin salida,
     sin la urgencia de la vida.
     Sabía muchas cosas
          que creía que sabía,
ya solo sé que estás cerca;
                   siempre cerca
         pero no estás dentro.