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Merienda Completa


Primero soltó un suspiro,
luego quebró su voz
llevo la taza a sus labios
y hacia la calle miró;
  la lluvia empañaba el vidrio
  que iluminó nuestra mesa
  ella pidió mas café
  Yo una merienda completa.

Yo contaba las tostadas
para saber si alcanzaban,
untaba mucha manteca
y no tanta mermelada;
  pedí cambiarle el lugar
  porque el aire estaba fuerte
   Pero tan solo quería
   tener la tele de frente.

Mi comprensión reclamaba,
con atención la miré,
se le marcaba un bigote
con la crema del café;
   tomo mi mano temblando,
  pestañeaba y balbuceaba
  agonizaba una mosca
  en mi jugo de naranja.

Hacerme el que no me importa,
besar sus manos ansiosas,
ver de reojo el penal
que le regalan a Boca.
  Fingir que no me interesa,
  apretar fuerte los dientes,
  todos se van a las puños,
  y se enfurece la gente.

Algo anda mal, me dijo,
esto no es lo que soñaba,
se humedecieron sus ojos
se enloquecía la hinchada...
  Hay heridas que no cierran,
  dijo cubriendo su cara
  otra oportuna ocacion
  para mirar la pantalla.

Cuanto egoísmo escondido,
ignorar a cualquier precio,
¿a quien se le ocurre hablar
cuando se acaba el torneo?
  Tomó la soda y me dijo
   necesitamos un tiempo...
 ¡Para qué si en dos minutos
  somos campeones de nuevo!