Hoy me han robado un poema.
¡Quiero saber quién lo tiene!
¿Habrá caído en las redes
de algún pirata o mecenas?
Era gris y escurridizo
de ocho versos elegantes,
tenía rima asonante
y le gustaba el peligro.
Siempre viajaba conmigo,
decía cosas brillantes
yo lo leía en las tardes
y él se acostaba en mis libros.
Lo vi nacer indefenso,
y resbalar por mi mente;
lo corregí tantas veces
hasta que estuvo completo.
¡Lo tendrán preso en un sobre
o estará escrito en un gueto!
¿Quién le acaricia sus versos?
¿Quién lo recita en las noches?