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Para que tú no vuelvas

    
                   Volví,
para enmendar las páginas abiertas
de la historia que dejamos boca abajo;
            en los cajones húmedos,
entre los libros muertos;
       para cerrar los lados que quedaron destapados.
      Tantas cosas que las cosas nos quitaron,
Podría hacer un mundo de mares y de estrellas
de todas las maneras que nos fueron robadas,
         hubiéramos sido sin cadenas,
     Nos hubieran bastado dos notas
para abrir las canciones más bellas,
si toda esa fuerza divina
       no se hubiera vertido en afrentas.
                 Pero Volví,
Para firmar las cartas, que se quedaron huérfanas,
para enhebrar el hilo angosto de la vida
entre los ojos transparentes del olvido,
pero un olvido limpio de reproches;
           volví, para sellar las puertas.
     Por derramar el fuego blanco en los panteones,
donde el desprecio se vestía de impotencia,
volví donde nació el hastió,
       volví para enterrar las penas.
     Vamos a engendrar nuevos poemas,
vamos y sembremos golondrinas;
volví para que nada nos destruya.
      Volví, para que tú no vuelvas.