Yo no te llamé

          Yo no te llamé,
habrá sido ese viento
sonámbulo
inquieto
que juega curioso
con los átomos que cuelgan del sauce.
Que suscita un susurro,
que acaricia al silencio...

           Pudo ser el rocío tardío
destilando un rumor de alborada,
una gota
que engendra otra gota
y se estrella en tu puerta
como un grito indecible
que parece mi voz
fecundando tu nombre...

             Pero no fui yo.
Pudo ser una idea encendida
tiritando en el aire.
Un latido en las sombras.
Un cantar de bisagras.
Los crujidos del piano
que hacen eco en el techo
pero no fue mi boca...

       Es que a veces cuando un anhelo
es tan fuego, tan trueno,
tan río desbocado;
se hace cuerpo en la voz de la noche,
te abre las ventanas
crece por tus sabanas
y brota impaciente
en un murmullo de estrellas.