No te olvides que una vez fuiste de noche,
Y te silbó en los tímpanos
mi sur;
Fue llevándote el verano
hasta mi costa
tibia y gratinada
bañada de truenos.
Y viste una estrella, detrás de otra estrella
te llevé a la avenida de las cosas eternas
y me ataste las manos
te presté mis bolsillos
y plantamos un valle
sobre el huerto del alma.
Vuelve a mis páginas primeras,
todavía está el amor y está mi playa;
todavía espero.
Una vez fuiste de noche,
no lo olvides de nuevo.